¿La agresividad es algo innato en el ser humano? ¿Es un instinto animal que la sociedad nos hace tenerlo en letargo? ¿Has pensado alguna vez que puedes ser el espejo de tu padre? ¿Existen diferentes tipos de agresividad?

¡La agresividad y la violencia se encuentra a la orden del día! Te enseñaré cómo identificarla, la manera de actuar contra ella y cuál es su origen.

¿Qué es la Agresividad?

Existen muchas teorías de la agresividad, de un modo general podemos decir que la agresividad o conducta agresiva es un estado emocional intencionado, consistente en sentimientos de odio, rabia. La persona agresiva le surgen deseos de causar daño físico o psicológico a otro persona, animal o cosa.

Ser agresivo ha servido desde el principio de la historia para proteger la supervivencia del ser humano y de la especie y con el paso de los años hemos aprendido a controlarla para no ocasionar la destrucción del adversario.

Es un tema escabroso, ya que hay diferentes opiniones. Algunos creen que es innata en la persona y otros por el contrario son fuertes defensores que es aprendida.

Pero, ¿Cuál es el verdadero origen de la agresividad? 

En el año 1961, el psicólogo Albert Bandura realiza un experimento y demuestra como los niños repiten el mismo comportamiento que observan en los adultos.

¡Somos auténticas Esponjas!

Persona Agresiva: ¿Por qué se Caracterizan? Elabora tu Propio Test de Agresividad

Los últimos estudios han demostrado que las personas agresivas son fáciles de identificar, aunque dependiendo del tipo de comportamiento sus características pueden variar.

Cuando nos relacionamos con los demás y más concretamente cuando iniciamos una relación sentimental, lo hacemos en busca de apoyo, de alguien que nos comprenda, que nos quiera, que nos trate con amor…

Lamentablemente no siempre es así, ¡Hay muchos lobos disfrazados de ovejitas! 

Si quieres evitar ser víctima de estas personas, debes aprender a identificarlos. A continuación te proporcionamos 9 características y síntomas de la agresividad. 

  1. Intolerancia.
  2. Impulsividad.
  3. Sentimientos de Posesión.
  4. Emplean un lenguaje duro y obsceno. (Agresividad verbal)
  5. Incapacidad para perdonar y sentimientos de resentimiento.
  6. Utilizan el chantaje psicológico.
  7. Cambios repentinos de humor.
  8. Suelen forzar situaciones económicas.
  9. Tienen una realidad distorsionada de lo que ocurre a su alrededor.

Causas de la Agresividad

Lamentablemente y debido a la presión y el ritmo que la sociedad nos marca, no podemos negar que vivimos en un ambiente violento y cargado de de emociones.

Si esto fuera poco, las personas tienen la sensación que las leyes que deben defenderles son muy blandas y pobres. Esto hace que las personas crean que la agresividad es necesaria cuando consideran que sufren algún tipo de injusticia y los niveles de agresividad se disparen.

Desde el punto de vista de la psicología podemos confirmar que cada persona es única e irrepetible, por lo que cada uno tiene una razón concreta para ser agresiva o violenta.

No obstante te voy a enumerar de forma genérica las causas de la agresividad más frecuentes:

  • Familia desestructurada.
  • Haber tenido en la infancia unos padres con una tolerancia excesiva o por el contrario muy exigentes, recibiendo el niño correcciones constantes y conductas hostiles.
  • Trastornos psicológicos.
  • Excesiva exposición a la violencia.
  • Alcohol y agresividad ¡Combinación Perfecta!

¿Cómo controlar la Agresividad?

Ser consciente de que tienes un problema ¡Ya es un gran paso! Aprender a controlar la ira es un proceso complejo y lento, cuya finalidad es que consigas tener el control de la agresividad e impulsos más irracionales.

A continuación te daré 7 Claves que te ayudarán a tener control sobre ti mismo y te sea más fácil saber cómo evitar la agresividad.

  • Terapia psicológica
  • No retengas tus emociones, sino gestionalas adecuadamente.
  • Elimina de tu vida el pensamiento ganador o perdedor
  • Cuando se produzca algún episodio, reflexiona acerca de las consecuencias y la causa que lo originó.
  • Establece unas rutinas y horarios
  • Intenta practicar técnicas de relajación, meditación, yoga…
  • Huye de las situaciones que te causen ira o te pongan nervioso.
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