El duelo es un proceso que en esencia es sano y natural ante una situación de pérdida, mediante el cual la persona doliente busca reconfortarse, lograr aceptar la pérdida y encontrar la forma de adaptarse.
Por otra parte, podemos definir una pérdida como cualquier tipo de daño en recursos personales, materiales o simbólicos con los que se hayan establecido un fuerte vínculo emocional.
Por lo tanto, un duelo supone reconocer la pérdida y se trata de un proceso personal e intransferible, ya que, al ser cada vínculo emocional relevante para cada persona, la vivencia de la situación es también distinta para cada persona. No todas las pérdidas causan duelo y hay que tener en cuenta que hay distintos tipos de pérdida.
Es importante mencionar que la situación de pérdida de la que hablamos no tiene por que ser necesariamente el fallecimiento de una persona.
Pese a que esta es la más frecuente, el duelo puede venir por una variedad de situaciones, como puede ser una ruptura no deseada de una relación, pérdida de una mascota, de un objeto estimado o de una capacidad corporal (ceguera, movilidad, sordera, etc.).
Tipos de Duelo
Existen muchas formas en las que el duelo puede manifestarse de forma anómala, dependiendo de la persona doliente, del tipo y forma de pérdida y de la situación en la que ésta ocurre. Nosotros destacamos la siguientes:
Duelo Crónico
Tipo de duelo en el que la persona doliente evita el sentimiento de desamparo producido por la pérdida, manteniendo a través de la memoria intensos vínculos constantes.
Es frecuente en situaciones en las que existía una dependencia intensa de la persona perdida, ya sea económica o afectivamente.
El dolor no remite con el paso del tiempo, causando situaciones de bloqueo y llanto ante cosas que le recuerden a la persona perdida. Si dicha pérdida ha ocurrido por fallecimiento, la persona doliente tiene fantasías de reunión, imaginando situaciones de suicidio para volver a estar juntos.
Duelo Inhibido o Retardado
La persona doliente inhibe el duelo de forma anormal, pudiendo reaparecer éste pasados meses e incluso años desde el momento de la pérdida. Supone una aplicación patológica de la evitación y suele darse en personas que piensan que han de aparentar fortaleza ante la situación, manifestando una dificultad a la hora de expresar el sentimiento de pérdida.
Duelo Anticipatorio
Proceso de duelo que tiene lugar antes de que se produzca la pérdida, manifestándose el dolor por la pérdida de forma prematura.
Este tipo de duelo suele ocurrir tras el diagnóstico de enfermedades terminales, preparándose la persona doliente de forma emocional e intelectual para una pérdida inminente pero certera. Se diferencia de otros tipos de duelo prolongado en que cuando por fin tiene lugar la pérdida, le persona experimenta una relativa calma.
Duelo Desautorizado
Ocurre una pérdida que no puede ser reconocida abiertamente, públicamente aceptada o socialmente aceptada, por lo que la persona doliente reprime sus sentimientos de cara al entorno, pues siente que no tiene permitido expresarlos.
Es frecuente que este tipo de duelo tenga lugar en el caso de situación de pérdida de ex-parejas, amantes, abortos, enfermos mentales o cuando ocurre una muerte que es motivo de censura (sida, sobredosis, persona rechazada socialmente, etc.).
La persona doliente aparenta normalidad, pero internamente no ha superado la perdida, produciéndose sentimientos de soledad y falta de apoyo social.
Fases del duelo
En el estudio del duelo no hay nadie que destaque más que Elisabeth Kübler-Ross, quien estableció sus célebres 5 fases de duelo:
Negación
Ya sea de forma consciente o inconsciente y a modo de mecanismo de defensa, la persona doliente no acepta la realidad. Con ello pretende disminuir la ansiedad que siente en ese momento.
Ira
Ocurre cuando el dolor producido por la pérdida provoca ira y hostilidad, buscando la persona doliente culpables a causa del resentimiento por la frustración. Dichos culpables pueden ser otras personas o la propia persona doliente.
Negociación
Supone fantasear con la idea de revertir el hecho de la pérdida (o como mínimo cambiarlo), haciendo promesas y comprometiéndose a cosas para llegar a un acuerdo y evitar la pérdida.
Depresión
Cuando se da cuenta de que la pérdida no es algo negociable, tienen lugar un conjunto de emociones que están vinculadas al dolor de la pérdida, al darse cuenta de que la pérdida existe y es permanente.
Aceptación
Ocurre cuando se ha aceptado la situación que provoca el dolor. En este momento depende de los recursos individuales de cada persona aceptarla, suponiendo la comprensión de lo que ha pasado.
Esta fase no quiere decir que la persona doliente experimenta alegría, sino que es una fase más del proceso de duelo.
Con el tiempo y una vez atravesadas estas fases la persona doliente recupera su capacidad de experimentar alegría y placer, pero es un proceso que varía de persona a persona.
Cómo superar el duelo
A pesar de ser un proceso sobre el que apenas tenemos control, existen una serie de estrategias que funcionan a diferentes niveles que pueden ayudarnos en mayor o menor medida:
- Nivel fisiológico: Dieta, cuidado de autoimagen, ejercicios físicos de relajación o actividades deportivas.
- Nivel psicológico-emocional: Asistencia a grupos de apoyo, expresión emocional, musicoterapia.
- Nivel cognitivo: Llevar un diario del duelo.
- Nivel conductual: Estructuración y organización de nuestro día a día.
No obstante, si el proceso de duelo está teniendo una duración exagerada, se recomienda buscar asistencia psicológica lo antes posible.